Idea

Explaye de ideas en formato diferido

martes, 13 de enero de 2009

Historia de la semana: Parte 5


Me acuerdo que una vez fui a verla a su casa, sé que debí de avisar que iba a ir a visitarla, pero me pareció que no le iba a caer mal una sorpresa, así que fui, claro: sabia que existía la posibilidad de que no estuviese, o que quizás no me iba a poder recibir pero de todos modos sabia que valía la pena probar. Tengo que decir: menos mal que ponía esas situaciones en mi cabeza, porque algo parecido paso aquella noche: Tal parece que ella estaba de mal humor (¿Qué extraña justificación, no?); para saber si debía o no tocar el timbre, primero la llamé para ver si estaba en casa: sí lo estaba, le pregunté que si tenia tiempo para una platica: me dijo que no. Esperaba que pusiera alguna excusa valedera para que de alguna manera justificara mi retirada pero no fue así, lo único que decía era que no, que ahora no se podía, que era mal momento, que para otro día será, algo que me sorprendió viniendo de ella. En ese momento sólo me tocaba decir que no había problema, que sí quizás para otro día, cuando en el fondo había una disputa para ver quien tenía la razón: El que decía…estás perdiendo tu tiempo…o el otro…era un posible evento: el que no te iba a recibir…era difícil saber quien tenía la razón, lo era de verdad.

 

Cada vez que tengo un pensamiento sobre ella me siento alegre, lleno de buenos recuerdos, pero a la vez me siento lleno de tristeza y pena. El simple hecho de que me detenga para pensar en ella me genera tal sensación de creer que alguna vez estuve tan cerca de ella, que podía escuchar su voz, podía conversar con ella; algo, no sé: una sensación de bienestar de tener la seguridad de que alguna vez existió y que yo estuve para poder verla, apreciarla e incluso que fui afortunado aquel tiempo al haber tenido la idea de creer que podía amarla y que ella lo supiera. Quizás muy parecido a la situación de alguien que recuerda con gusto una conquista, o un recuerdo de un momento especial, sólo que para mí, el bienestar es provocado por el simple hecho de que haya pasado, no importa si el momento haya sido bueno o desagradable, sólo un motivo supremo: que existió.

 

Creo que ya me había sentido así, sí, como cuando a uno no le salen bien las cosas, y…es que alguna vez me han salido bien? Si es que sigo vivo es porque en el otro mundo ya no hay espacio, sí eso debe de ser.

La verdad es que a veces uno se pone a pensar en lo que ha hecho toda su vida y se da con la sorpresa de que en realidad no ha hecho nada, sí lo sé, puede que digan que siempre hay algo que uno ha hecho, pero seguro es mínimo… Acaso nunca han pensado en forma negativa, en la forma más negativa que hayan podido imaginar, de tal forma que la única conclusión a la que han llegado es que no tiene el menor sentido seguir viviendo. Qué es lo que pensaría ella de esto: pues que no tengo la menor idea de lo que estoy diciendo.

Debo decir que ella ha también de haber pensado cosas así: que a veces nada tiene solución, pero creo que le gano en estar más deprimido, si es que ese estado es una de concurso pues que venga ese premio!!

 

Entre el estar deprimido y el estar pendiente de que se acercaba su cumpleaños, debo de aclarar que lo segundo me tiene mas atormentado, no!, no porque me ejerce más presión sino porque un cumpleaños se da una vez al año, como que cuando uno espera algo que no se da todos los días, en el momento que llega se disfruta más. Me viene a la mente cuando fue día de San Valentín, para darle un recuerdo de la amistad que existía entre nosotros (quizás sea necesario escribir en tiempo pasado) se me ocurrió escribir “lo primero que se ocurra”, espero que no suene redundante, lo había escrito en varias hojas de papel blanco escrito con tinta de estilógrafo, lo había engrapado y lo había guardado en un sobre; ni qué decir de lo que tuve que pasar para hacérselo llegar, a pesar de que todo estaba planeado, no muy bien pero al menos lo había pensado.

 

Recuerdo que por esos días yo salía muy temprano a trotar en la ciclo vía de la avenida, había hecho de de ello una rutina, así que ese día nadie se daría cuenta que iba a cambiar de ruta y que me dirigiría a su casa, ni siquiera ella misma. Cuando llegó el momento de estar en frente de su casa, me dije: “…son las seis y media,  dejo el sobre por debajo de la puerta  luego vuelvo a casa, hasta eso serán las siete, un horario adecuado para que se despierte, la llamo y le digo que tiene un regalo en la puerta…”.Mi sorpresa fue que en el instante en que deslizaba el sobre por debajo de la puerta… este se me fue devuelto!!  Lo primero que se ocurrió fue: …seguramente alguien está al otro lado de la puerta!! Después algo adentro me decía que quizás no era buena idea esperar a que me tuviera razón, menos mal que me equivoqué ya que si no hubiera sido así, de verdad, otra hubiera sido la historia. Tomé la decisión de quedarme por lo que no tardó mucho para que me diera cuenta que el que devolvía el sobre no era sino otro que el perro de la casa. En ese momento me pasó por la mente el porqué no era afortunado de tener un pedazo de carne a la mano para distraer al can, pero en fin, hice un razonamiento rápido: lancé el sobre para que no lo alcanzara, una vez el sobre adentro emprendí un apresurado retorno, así al llegar a casa podría llamarla y decirle: “…tienes un regalo en la puerta… pero quizás tu perro ya lo haya abierto…”. Por lo que sé ese día el sobre llegó tal como lo mandé

 

Ella cumple años el 17 de Marzo, la verdad ya me olvidé que más se celebraba ese día, será acaso porque aquellos acontecimientos no tenían superior relevancia que el de ella. La anterior vez sólo la saludé por su cumpleaños, por teléfono; no se me ocurrió mejor cosa que ello. Recuerdo algunas cosas que me pasaban por la mente mientras ese día llegaba, las recuerdo muy bien… porque las puedo leer.

 

Existía un asunto que no había comentado… antes de comenzar a escribir esto, ya había empezado con otro escrito, claro que no era de la misma forma que es este, sino como un tipo de “pensamientos diarios”, “pensamientos” porque a veces se me ocurrían cosas y “diarios” por que existían días en los que sólo retrataba lo que había pasado en su transcurso; lo hice en una agenda pasada de año que nadie había utilizado. He aquí algunos de ellos en los días adyacentes al de su cumpleaños:

           

            15/03/07

            “Bueno, este día fue casi igual que el de ayer: ir a la universidad a esperar las notas, sólo que esta vez, sí me las dieron… ¿quieres saber si apruebo o no?... ya lo sabrás. La fatiga es la misma, al menos ahora ya estoy mejor que ayer, sí, mucho mejor. Ya se acerca cada vez más el 17, que pasará?...uno no sabe…tú?? tampoco? , bueno, habrá que pensar juntos para encontrar una solución, sino quieres pensar está bien; lo haré solo, ahora ya dejo de escribir, esto hasta aquí   gracias por existir”

 

20/03/07

            “…el sentimiento de que no soy yo, y que hay algo más cuando tú me miras. La   sensación de que no existe el tiempo, cuando están tus manos sobre mis mejillas…”. “Es una tarde calurosa digna de un día de colegio en Marzo, también digno de un día en casa por las vacaciones de la universidad… sí, estoy solo, seguiré así, me sentiré así, pero luego los míos desaparecerán ese sentir y habrán instantes en los que pensaré, en quien como yo, nunca hubiera pensado en tal pensamiento tan desagradable, pero tan instantáneo: la soledad. Es mas, ya estoy pensando en lo “impensable” y cavilo sin mucho esfuerzo en lo común que es hacerme esa pregunta: ¿estoy solo?”

 

Es necesario aclarar algo: si en el transcurso de los días en los que escribía los “pensamientos diarios” tuve alguna distancia con ella es posible que no haya escrito nada, ya que no creo le hubiera agradado saber de las ideas que por aquellas distancias hayan surgido in promptu de mi mente, ya que tenia de alguna manera esperanza de que ella lo leyera como dice este pensamiento:

 

            10/08/07    12:24 a.m.

“Estoy aquí sentado, esperando que algo pase, no sé qué pueda ser, pero sí que   es algo; me impaciento, no sé porqué.

Me ha pasado en este momento,  por la mente lo siguiente: si te escribo o llamo…me querrás responder? Es un temor extraño, de alguna manera me induce a pensar en que estas enojada por esta conducta de “incomunicación de largo tiempo”, quizás ya no quieras saber de mi, esperas que no vuelva a llamar para que así sea más fácil dirigir la definitiva idea de que no volverás a verme, escucharme o quizás leerme… ojalá me esté equivocando.

 

También ha pasado por mi mente el como de alguna manera llegarás a leer         esto, he pensado que quizás sea plan de mi subconsciente el querer que leas       esto para así sentirme la “víctima” de esta situación.

 

Y por último también he pensado en que antes de comunicarme contigo (bueno,   volver a comunicarme contigo) pensaba en ti de una manera muy especial, haciendo ideas de qué podía de haber ocurrido de haberse concretado…pensándote, amándote en mi mente, no vayas a pensar mal, pero hacia (incluso) memoria de cómo alguna vez pude tocarte, tus manos, tu    rostro, esa piel tan tersa, suave, delicada para mi; que me hacia pensar que estaba soñando y estaba acariciando un ángel…La verdad que extraño mucho esos             momentos, aquellos tiempos que ya no volverán; el simple hecho de pensar que es irremediable el no volver a tocarte me hace sentir sin motivo de existencia, de no haber logrado nada, pero si es la relación de realidades distinta y esta verdad ha llegado sólo me queda llorar en silencio, recuperarme y hacer lo que   en estas situaciones hago: hacer como si nada hubiera pasado, te extraño tanto, duele”

Quizás por tal motivo no haya escrito nada ese día, algo debe de haber pasado.

Esta entrada suena algo penosa y trágica, pero es necesario aclarar que tan solo es fruto de la imaginación del que las escribe, por favor si dejan comentarios no pongan cosas ambigüas ni rumores y menos especulaciones respecto de los hechos, gracias a los lectores.

1 comentario:

Melpóneme Erato dijo...

Querido Pericotudo, no hay nada que juzgar sobre tus sentimientos, solo que presiento que te has quedado en la imagen de lo que alguna vez fue pero ya no es. Para ser objetiva, el hecho de que ella sea para ti alguien especial no hace que no existan otras personas especiales (aunque siempre distintas) e incluso mejores que ella. Eso siempre debes tener en cuenta. La comparación no sirve, solo debes saber que cada persona es unica y que lo que viviste alguna vez ya no se repetirá de igual manera, pero sí tal vez pueda haber una experiencia mucho más maravillosa para ti si es que tú te das esa oportunidad a ti mismo...

Abrazos,

C.