Idea

Explaye de ideas en formato diferido

sábado, 3 de noviembre de 2012

Retorno aleatorio


Al parecer ya se ha acumulado material diferido para iniciar nuevamente la aventura de escribir, bueno también el hecho de que algunos han puesto ligera atención a las cosas que últimamente escribo, eso y también algunos sucesos que han tenido lugar este año.

Hace una semana se inicio la feria del libro en el "Parque de los gatos" (así es como lo llame la primera vez que fui ahí), también conocido como Parque Kennedy en Miraflores, en las dos ocasiones que fui pude apreciar tal cantidad de libros, sinceramente estuve perdido, tantos autores, tantos títulos, tantos géneros...al final opte por compra un ejemplar del tomo 1 de The Melancholy of Haruhi Suzumiya , el manga obviamente, la novela también estaba pero prefería ver los dibujos para ver que tanto había evolucionado los diseños de personajes hechas por Noizi Ito (claro dibujado obviamente por Garu Tsugano) y las que se dieron en el anime bajo la dirección de Tatsuya Ishihara, lo cuales si tienen cierta diferencia (por no decir mucha), salvo Kyon, por él sí que está totalmente diferente al que tenemos en el primer episodio del anime, pero bueno, se puede decir que la esencia del manga se mantiene (me faltaría tener la novela para opinar con mucho más profundidad sobre la linea de la trama).

Y tan distante es la apariencia de Kyon en el anime que el manga, de igual forma tiene diferencia el Pollo a la Saltimbocca que nos sirvieron en el Café Haití de dichos lares, una especie de pollo con tomates y una lonja de queso derretido, que debo aceptar estaba en su punto sin haber calentado en demasía los tomates, no dándole la oportunidad de sudar y dejar caer el jugo, pero todo el conjunto resultó ser un plato más que cuando uno termina de comerlo dice casi suspirando -No pasa nada- (lástima que no se pueda decir lo mismo del precio!).

Y así termina esta semana, con feriados por el día de la canción criolla (o en su defecto Halloween para otros), feria de libro que termina y temblores que nos sorprenden pero no asustan.

Les dejo un pensamiento ya de tiempo, escrito por circunstancias del momento, pero que quizás me haya ligado tal profundidad en ellas que hagan verlas eternas y presentes en el día a día que resta.

Kyon from Haruhi Suzumiya and Saltimbocca from "I don´t Know"

15 de Junio 2011 02:36 pm

"El ritmo perenne de la vida nos hará darnos cuenta de lo que hemos estado ignorando y esquivando cuando respiramos en cada instante de nuestro desplazamiento corporal. Sin embargo hasta ese punto, ya nos habremos dado cuenta de la omisión de tal trivial situación."

m.a.

lunes, 25 de junio de 2012

El día debe continuar (II)

Es extraño estar en este lugar, el laboratorio es uno de los más modernos que existe en la ciudad, la universidad es la pionera en investigación gracias al laboratorio, la calidad del conocimiento es tal que permite tener un gran y completo panorama de las nuevas tecnologías y tendencias mundiales. Sin embargo resulta algo frio, monótono y quizás estresante; qué más da, aquí es donde trabajo.
Ingresando en él se percibe un cambio de temperatura, un cambio molestoso que puede incluso provocar un ligero dolor de cabeza seguido de una irritante comezón en la frente, debido a la subida de presión. También se puede escuchar un sonido suave, vibrante, como el respiro lento y entrecortado de un toro escondido acechando nuestro caminar, pero no es más que el sonido de los servidores de datos en su interminable e infatigable funcionamiento, sólo eso.
Más allá sólo hay máquinas y personas, sólo más máquinas y más personas.
-Buenos días, doctora-
-Buenos días Leo-
-¿O debería de decir Leonard?-Leonard Miranda, 22 años, géminis, 1.88 metros, nacido el veinti...-
-Con su permiso- Es mejor ser educado y salir de esta situación, con la doctora uno nunca sabe.
-¡Espera!, ¡Quédate donde estás!-
Me detuve con el ánimo único de hacerle caso y ver que me decía ahora, escuché sus pasos acercándose tras de mí, produciendo un eco profundo difundiéndose por todas las estructuras; se detuvo, se acercó hacia mi lado izquierdo y dijo con voz suave a un nivel bajo pero audible:
-No huyas de mí-
Aquellas palabras hicieron despertar nuevamente un inquietante sentimiento, pero pude disimularlo.
-No huyo de usted doctora, simplemente....tengo algo de prisa-
-¿Prisa?, ¡Eres demasiado responsable Leo!, tienes que ir tranquilo por la vida, esperando lo que tenga que venir... pensando en...-
La doctora era así, siempre tan sencilla, nada complicada, relajada y hasta quizás algo despistada, a su edad era una mujer relativamente atractiva, escondiendo sus ojos tras esas gafas que resaltaban su inteligencia y su forma de ser, a veces molesta y hasta irritante. No puedo creer que sea mi superior.
-Bueno, si me disculpa-
-Ah, ok, nos vemos después-
-Seguro que sí doctora-dije volteando la cabeza, pude ver su largo cabello castaño alejarse, moviéndose de un lado para otro, como si golpeara el aire que lo rodea.
-Debo de terminar lo pendiente, estoy retrasado-
Mi escritorio está lleno de papeles, notas, discos, es tal el desorden que a penas se puede observar la pantalla del portátil. Datos del ensayo, estadísticas de las pruebas, -¿Qué tan probable es que vuelva a suceder este evento?-¿Son estos datos suficientes para obtener un modelo que me permita deducir efectos?-
Estas cosas del laboratorio, siempre tan frías.
-¿Volverán a existir las anomalías de aquella vez?-No parece factible-
-El querer tratar de interactuar con el subconsciente humano parece algo complicado y confuso, pretender llegar a ese nivel tomando el camino de la ciencia es en cierta medida pecaminoso. Tratar de querer dar forma al subconsciente sólo con el capricho de entablar conexión con formas tan abstractas como la misma existencia humana.
-¿Es correcto que intentemos esto?-
Mi presencia parece ser rechazada por este entorno, me envuelve de sensaciones vacilantes provocándome ligero sopor en mi rutina. Solo cerrar los ojos no basta para escapar de aquel entorno, la razón entumecida provoca quietud inmediata a mi cuerpo y la memoria se abre dejando salir algunos recuerdos.
La puedo ver, ahí está, inmóvil, quieta -¿Ángela?- No se mueve. Intento una vez más -¡Ángela, ¡¡Ángelaaaaaaa!!- Es inútil- No se mueve, su mirada desvanecida lo dice todo: está muerta.
-¿Por qué lo está?-
-Algo debió de salir mal aquella vez -No tengo idea, ya no quiero saber- Recuerdo como pude sentir que al observarla,  toda su silueta encajaba en mis desorbitantes ojos, contemplando su frágil cuerpo articulado de una forma inhumana, vilmente inhumano. Ya no quiero recordar más. Me voy a casa.
-¿Es correcto que intentemos esto?-